Nuestra historia inicia en la década de los 70’s, la segunda ola feminista en México nos envolvió siendo
estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México. Teníamos la conciencia
de que cambiar la discriminación y violencia que vivíamos las mujeres en nuestro país,
era un camino que había que transitar. “Romper el silencio”, decíamos en esos años,
en el que las violaciones, el acoso sexual en el trabajo; en las universidades y en las
calles, había que callarlo, las víctimas eran señaladas como las culpables de estos
actos, cometidos, la mayoría de las veces, por hombres. Algunas de las
organizaciones de la sociedad civil, decidimos trabajar por los derechos de las mujeres
y por relaciones igualitarias entre mujeres y hombres. Una de estas organizaciones es
Acción Popular de Integración Social A.C. (APIS).
En 1992, una parte del equipo de APIS emigra a la península de Yucatán y Leticia
Murúa Beltrán Aragón, su fundadora, se inclina por participar en iniciativas que
favorecieran el empoderamiento económico de las mujeres mayas de la península, en
tanto que en la sede del Distrito Federal (hoy Ciudad de México) Norma B.
Bustamante propuso acciones para prevenir la violencia de género y atender a las
mujeres que estaban viviendo violencias.
Durante los años siguientes, en Yucatán en tanto se va consolidando el trabajo
organizativo con mujeres indígenas y rurales, la problemática de violencia de género
adquiere un lugar preponderante. Por lo que trabajar tanto en la prevención de la
violencia y la atención a las mujeres que la viven o la han vivido, se volvió una
prioridad. Así APIS Sureste fue elegida en el 2004 para hacerse cargo del 1er Refugio
en Yucatán, un servicio especializado para mujeres, sus hijos e hijas, dedicado a
salvaguardarles y atender el impacto de las violencias en sus vidas. En el 2010, al
Refugio se suma el Centro de Atención Externa, en el que se atienden a mujeres,
niñas, niños y adolescentes que viven violencias en el ámbito familiar.
En los últimos años, también estamos construyendo una línea de trabajo para la
prevención de las violencias; desde los buenos tratos y por una cultura de la paz.